COLUMNA INVITADA

LABERINTO PUBLICO


U T O P Í A


Todo depende del cristal con el que se mira.


JAVIER FIGUEROA



La educación como tema de discusión y análisis siempre ha estado presente. Hay quienes lo abordan desde diferentes ópticas y todo depende del cristal con el que se mira. Hay opiniones que se refieren desde el ámbito sindical, a través del cual se busca justificar el atraso evidente en los resultados que la educación arroja al ser evaluado los conocimientos de los alumnos en el país. Otras opiniones consideran que al Estado le hace falta una política educativa más consistente en términos del porcentaje del PIB que se destina al mismo. De ahí que no existe coincidencia en lo que hace falta para mejorar los últimos resultados que evidencian un bajo nivel educativo producto, el cual acumula aún más el rezago y la falta de atención en términos organizativos de la estructura educativa.

Sobre esta realidad, existen voces que refieren necesarias modificaciones en términos normativos para mejorar la calidad en el aprovechamiento de los contenidos de la educación en sus diferentes niveles y modalidades. Los partidos políticos, por ejemplo, consideran estratégico ocupar espacios a través de sus diputados, en las comisiones de Educación de los Congreso estatal y federal, con el propósito claro de bloquear o impulsar iniciativas de ley y reformas estructurales que después poco significado tienen para la población.

Los funcionarios de la estructura educativa asumen el tema de la educación y la mejora de la misma, a partir de proyectos, programas e inversión económica. Sin embargo, los resultados continúan muy limitados. Las evaluaciones al conocimiento escolar, con estándares internacionales y nacionales, señalan que poco se ha avanzado para mejorar –desde los propios educandos- el aprovechamiento educativo. Así justifican ajustes en la administración, sin variar la visión del problema. Se atiende el problema educativo desde datos estadísticos, muchas veces manipulados, que sirven para comparar la temporalidad entre un funcionario y otro; o lo que es lo mismo: entre un gobierno presente y otro pasado.

De este modo, la historia de los esfuerzos para mejorar los resultados educativos continuará en tanto no se trabaje en un nuevo compromiso del magisterio con la comunidad, con sus alumnos, con los problemas de los padres de familia, sin que esto signifique asumir posiciones radicales y contrarias a la política educativa del Estado. Es decir, se trata que el maestro y la maestra asuman una nueva actitud frente al aprendizaje en el aula, en la problemática en la que se desarrollan socialmente sus alumnos. Pero para esto hace falta liderazgo, definida ésta como una cuestión de inteligencia, equidad, valentía y autoridad. Un liderazgo desde los mandos de la autoridad educativa y de las propias dirigencias sindicales. Ambas cosas convergen en la mejora de los resultados educativos.

Sin embargo, no es sencillo. No cuando todo ha sido politizado. En las posiciones estructurales de la administración educativa, los funcionarios son producto de cercanías a políticos que no responden a una formación, capacidad y experiencia probada de los mismos en el ámbito organizacional. Tampoco es sencillo cuando la corrupción ha permeado las formas de los espacios que se ocupan. Menos cuando la sociedad asume actitudes de desconfianza, coraje, antipatía, indiferencia e, incluso, de acusación directa al propio sistema político o cuando el esfuerzo familiar no encuentra respuesta laboral para el hijo e hija que ha concluido estudios profesionales en escuelas públicas y privadas.

Por eso debe trabajarse en el liderazgo de las partes. Cuando el funcionario o dirigentes sindical, pero sobre todo, el maestro y maestra de la escuela de las comunidades o colonias de los municipios, asuman una actitud distinta y comprometida con su cometido; cuando sientan como suyo los sueños y aspiraciones, las dificultades y oportunidades que tienen los que interactúan en el proceso educativo, entonces habremos iniciado a cambiar los resultados de la educación.

RECONOCIMIENTO

Club Rotario Poniente de Tuxtla, Distrito 4200 “Otorga el presente reconocimiento por sus 33 años de servicios en la Comunicación al Servicio de la Sociedad al C. FRANCISCO JAVIER FIGUEROA NIÑO (Corporación Radio Núcleo), firman Jesús Alejandro Cruz Gutiérrez y Ana María Valls Fernández, Presidente y Secretario, respectivamente.

Gracias por tan alta distinción, que recibí el pasado lunes 7 de septiembre, de manos del Gobernador Rotario Santiago Ancona Teigell.

Javierfigueroa2005ahoo.com.mx.

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